La Huerta de Valencia

DOI: 10.5281/zenodo.7607488

Modelo de Campiñas y Llanuras de Interior y Litorales

Autoras: Sandra Mayordomo Maya y Mónica Fernández Villarejo

Síntesis descriptiva del SAMUTER

La Huerta de València constituye uno de los espacios agrarios más relevantes del ámbito mediterráneo. Se asienta sobre el llano litoral de la depresión central valenciana, situado entre el extremo suroriental de los relieves ibéricos y el mar mediterráneo. Conforma el territorio agrícola que envuelve a la ciudad de València y a los municipios que conforman su área metropolitana, irrigado por las siete acequias del Tribunal de las Aguas de la Vega de Valencia (Quarta-Benàger-Faitanar, Tormos, Mislata, Mestalla, Favara, Rascanya y Rovella), la Real Acequia de Moncada, la Acequia Real del Júcar y varias fuentes y pozos históricos. Se trata de un paisaje milenario de un valor excepcional, ya que alberga cualidades ambientales, culturales, históricas, económicas y sociales de primer orden. Este espacio es un patrimonio paisajístico que se ha erigido en una imagen y seña de identidad de sus habitantes.

El regadío es el elemento definidor y vertebrador de este paisaje, cuyo origen, tal y como se percibe en la actualidad, se sitúa en el periodo islámico medieval. Su arquitectura hidráulica está basada en un sistema recurrente de azudes emplazados en el último tramo del río Turia, acequias madre y redes secundarias. El sistema de riego es el eje a partir del cual se ha producido el diseño y la ordenación territorial de la Huerta, pues la estructura de los canales condicionó la distribución de los asentamientos y caminos, así como de las parcelas de cultivo. Asimismo, existen otros componentes relevantes en la articulación paisajística, como la estructura del parcelario, la red viaria de caminos históricos, y las arquitecturas que combinan hábitat concentrado y disperso. No obstante, el paisaje de la Huerta no es únicamente agrario, sino que está conformado por un mosaico de usos, donde los cultivos y los sistemas de regadío tradicional conviven con áreas urbanas e industriales asociadas al área metropolitana valenciana. Un paisaje periurbano en el que el espacio cultivado ha visto reducida su superficie en los últimos decenios. Los cultivos de la Huerta han variado a lo largo de la historia. En la actualidad predominan los productos hortícolas, cítricos, plantas ornamentales y arroz. La diversificación de cultivos, con un elevado número de variedades locales, y la división de la tierra en pequeñas parcelas, han sido claves para impulsar la resiliencia del lugar. 

1.    Sostenibilidad ambiental

La Huerta de València es una de las seis huertas mediterráneas milenarias que perduran en Europa, como se desprende del Informe Dobris, realizado por la Agencia Europea de Medio Ambiente. El Gobierno Valenciano impulsó en los últimos años el Plan de Acción Territorial, PAT-2018 de la Huerta de Valencia. Asimismo, en el año 2019 fue incluida en el registro de Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM), gestionado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Finalmente, su territorio cuenta con dos Parques Naturales de relevante valor medioambiental: el río Túria y L’Albufera, este último espacio también declarado Humedal RAMSAR, LIC y ZEPA.

El sistema agroalimentario de la Huerta de València conforma un espacio construido por la superposición de saberes tradicionales y modos de vida que han modelado su paisaje. El sistema de regadío es el símbolo de una domesticación secular del recurso hídrico para posibilitar el cultivo durante todo el año. Los canales hidráulicos han sido diseñados para regar por gravedad, donde el agua se distribuye con un orden contiguo de riego desde la parte superior del sistema hasta la inferior. Su eficiencia ha posibilitado el desarrollo de técnicas agrícolas sostenibles. Además, la impronta del acervo agronómico musulmán en el diseño de las redes de canales se muestra en el uso de unidades de medida como la fila o el codo egipcio. Los agricultores conservan en funcionamiento los sistemas de riego desde hace siglos, y mantienen técnicas artesanales excepcionales, como la fabricación de utensilios y herramientas agrícolas tradicionales.

Los valores ambientales de la Huerta de València son significativos y han propiciado el desarrollo de una agricultura de regadío, merced a la disponibilidad de recursos de distinta tipología: hídricos, geomorfológicos, climáticos, y edáficos. La Huerta ejerce además una función medioambiental de relevancia, con espacios sin edificaciones, suelos sin sellar, calidad atmosférica, y acequias que mitigan avenidas torrenciales. Igualmente, actúa de infraestructura verde mediante la conexión de espacios naturales cercanos. Las especies de flora y fauna son numerosas como consecuencia de la variedad de usos del suelo y los hábitats existentes. La diversidad de cultivos, mayoritariamente hortalizas frescas, está garantizada por la cantidad de variedad locales, la disponibilidad de agua propia del sistema de riego tradicional, y la estructura en mosaico del paisaje, conformada por parcelas de reducidas dimensiones. Además, la comarca dispone de una superficie certificada de agricultura ecológica de 1.640 ha, y 228 empresas se dedican a esta actividad.

2.    Territorialidad y políticas agroambientales

La Unión Europea establece diferentes regímenes de calidad diferenciada para proteger determinados productos agrícolas y alimenticios. En este sentido, destacan las Indicaciones Geográficas, que establecen derechos de propiedad intelectual para determinados productos cuyas cualidades están específicamente vinculadas a la zona de producción: Denominación de Origen Protegida (DOP), Indicación Geográfica Protegida (IGP), y la Indicación Geográfica (IG). Diversos productos de la Huerta disponen de dichos regímenes de calidad. Así, la producción de chufa de la Huerta de València está regulada por la figura de DOP Chufa de Valencia, la máxima distinción a nivel de calidad agroalimentaria. También recibe esta distinción el Arroz de Valencia, cultivado en el Parque Natural de la Albufera y otros humedales. Finalmente, resulta relevante el IGP Cítricos Valencianos, que certifica aquellos cítricos (naranjas, mandarinas y limones) del territorio valenciano que cumplen los requisitos exigidos de garantía de origen y de calidad.

3.    Relaciones entre producción, transformación, comercialización y consumo

La Huerta de València proporciona productos saludables y sustento económico a las comunidades locales a través de 6.000 explotaciones agrícolas familiares y miles de pequeñas parcelas. Aproximadamente el 80% del área en producción se dedica a cultivos de frutas y hortalizas frescas, y los productos obtenidos se destinan tanto al autoconsumo familiar como a la comercialización en mercados locales y municipales. La condición periurbana de la Huerta ha permitido una estrecha relación entre la producción agrícola y la ciudad de València, que se refleja en los mercados tradicionales donde los agricultores envían directamente sus productos frescos a tiendas minoristas y mercados municipales. La producción agraria en fresco para el consumo de proximidad permite el mantenimiento de la Huerta como paisaje único y como una estrategia complementaria de desarrollo. Así, este espacio se configura como uno de los territorios productivos de mayor relevancia, cuyo éxito radica en el potencial del entorno periurbano de la ciudad de València, el principal mercado para sus productos.

En la Huerta destaca la organización de las cadenas agroalimentarias en redes, donde la actividad agraria se configura como una actividad estratégica para la sostenibilidad económica de las familias y regantes. En este sentido, resulta relevante la Tira de Comptar, una institución instaurada en siglo XII y que ha garantizado el abastecimiento de productos frescos a la ciudad y el derecho de los agricultores a asistir al mercado de sus productos y regular su actividad. Desde su fundación esta institución ha tenido diferentes localizaciones, hasta su establecimiento definitivo en Mercavalència, el mayor centro agroalimentario del territorio valenciano. En la actualidad, la Tira de Comptar es un espacio de 6.000 m2 en el que unos 1.300 agricultores de la Huerta de València (unos 300 por sesión) acuden para la comercialización y venta directa de sus productos, entre 30.000 y 40.000 toneladas de frutas y hortalizas. La singularidad de este sistema es que cada agricultor vende los productos cultivados en su propiedad para que la Tira sea el canal más corto y directo de comercialización. En el año 2017 se instauró la etiqueta Aphorta en los cultivos provenientes de esta institución, que incluye además un documento de trazabilidad. Los agricultores de la Huerta cuentan además en Mercavalència con la Ecotira, un espacio de venta directa de productos ecológicos que distribuye el género a profesionales del sector.

El Consell Alimentari Municipal de Valencia (CALM), un órgano consultivo y de participación sectorial del Ayuntamiento de València, pretende promover un sistema agroalimentario más sostenible, saludable y justo, en consonancia con los compromisos adoptados por el Consistorio con la firma del Pacto de Políticas Alimentarias Urbanas de Milán. Uno de sus principales objetivos es potenciar una producción agrícola dirigida al consumo directo a través circuitos cortos de comercialización.

4.    Buen gobierno (gobernanza)

forman parte de las denominadas comunidades de regantes, que disponen de ordenanzas (normas y reglamentos propios) para la resolución de problemáticas entre los usuarios. Además, en la Huerta se configuró para las siete acequias de la Vega la institución jurídica del Tribunal de las Aguas, la más antigua de España para resolver las disputas sobre el uso del agua. Esta institución milenaria fue inscrita en 2009 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO, y es responsable de aplicar su normativa tradicional para la distribución de los recursos hídricos. Además de impartir justicia, este organismo regula el funcionamiento del sistema de riego y permite a los representantes de las acequias tomar decisiones conjuntas y coordinarse con la Real Acequia de Moncada.

En las últimas décadas, el espacio de la Huerta de València ha experimentado relevantes cambios socioeconómicos y conflictos territoriales. Desde mediados del siglo XX se ha intensificado la presión urbanística e industrial vinculada con la dinámica metropolitana, proceso que se ha traducido en la pérdida de superficie agrícola. No obstante, en los últimos años, la sociedad valenciana se ha dotado de instrumentos y herramientas para la gestión y conservación de la Huerta. Con la articulación de las recientes iniciativas legales, políticas e instrumentos de paisaje, que emanan del Convenio Europeo del paisaje, se contemplan nuevas posibilidades para la preservación de la Huerta. Así, con la finalidad de detener la degradación de este espacio, y fomentar su protección y revitalización, entró en vigor la Ley 5/2018, de 6 de marzo, de la Huerta de València. Esta norma contempla la formulación del Plan de Acción Territorial de Ordenación y Dinamización de la Huerta de Valencia (PAT), aprobado a finales de 2018, que conforma una herramienta de ordenación supramunicipal que regula los usos y actividades permitidos. Asimismo, la referida Ley propone la creación del Consejo de la Huerta de Valencia, un ente gestor encargado de elaborar el Plan de Desarrollo Agrario con objeto de dinamizar las actividades agrarias y preservar este territorio.

Además del PAT, en el espacio de la Huerta de València cohabita otro instrumento de ordenación territorial, el Plan de Acción Territorial Metropolitano de Valencia. De este modo, la tendencia es la creación de un territorio metropolitano con un nuevo modelo de gobernanza basado en la cooperación y las colaboraciones en red. El desarrollo de diferentes herramientas destinadas a la preservación de la Huerta, confirma la voluntad de los actores territoriales de recuperar la agricultura como actividad productiva, mantener el paisaje, mejorar el sistema alimentario, y compartir la experiencia con otros ámbitos.

La firma del Pacto de Política Urbana Alimentaria de Milán por parte del Ayuntamiento de Valencia en 2015 ha supuesto el inicio de un proceso de participación para la implementación de un Marco Estratégico de Acción. La Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica lidera este reto y ha desarrollado el Plan de Acción Integral para la promoción del territorio agrícola y la actividad agraria. Asimismo, València fue Capital Mundial de la Alimentación Sostenible por la FAO durante el año 2017.

València ha sido la primera ciudad de España en establecer un Consejo Alimentario Municipal (CALM), promovido por la referida Conselleria. Se trata de un órgano consultivo y de participación sectorial del Ayuntamiento de València, cuyo objetivo se basa en promover un sistema agroalimentario local más sostenible, saludable y justo. Surgió a partir de un proceso participativo desarrollado durante los años 2016 y 2017, en el que los agentes socioeconómicos territoriales vinculados con el ámbito agroalimentario local establecieron los criterios para vertebrar un espacio inclusivo de gobernanza alimentaria. De este modo, el CALM conforma un significativo foro de participación de los diferentes agentes relacionados con la Huerta de València, que integra a los sectores público, privado, académico, sociedad civil, y la totalidad de partidos políticos, por lo que se configura como un ejemplo innovador de gobernanza. Este órgano, establecido formalmente en 2018, guía su acción a partir de los compromisos y contenidos de la Estrategia Agroalimentaria Valencia 2025. Otros espacios formales de coordinación de políticas públicas vinculadas con el sistema agroalimentario local son el Observatorio Valenciano de Sostenibilidad Local y la Mesa de Coordinación Municipal. Además, València está adherida a la Red de Ciudades por la Agroecología (2017) y el Pacto Intervegas (2018), y desde el año 2019 es sede del Centro Mundial para la Alimentación Urbana Sostenible de la FAO. Finalmente, la Huerta de València cuenta con un relevante trasfondo de lucha social para su conservación y protección territorial.